Estimados hermanos del Cuerpo Gobernante:

He decidido escribirles ya que creo que han cometido un error sumamente grave que no puede dejarse pasar. Si fuera un error pequeño el que ustedes hubieran cometido lo pasaría por alto, ya que eso nos recomiendan las Escrituras y es lo que hace Jehová diariamente por nosotros, pero lamentablemente este no es el caso.

Es cierto que las Escrituras nos recuerdan:

Y, además:

Pero tambien nos dicen las Escrituras:

Así que se espera que el cristiano sepa discernir que errores dejar pasar con amor y que errores “corregir” por amor. El asunto que desarrollare es de vital importancia para ustedes y todos nuestros hermanos, por eso no sería amoroso hacer de cuenta que no paso nada. De hecho, es un asunto de vida o muerte así que espero que le den la máxima prioridad.

En esta carta no hablare de sus intenciones ya que no puedo leer el corazón. Jehová “ve lo que es el corazón”, pero los hombres solo ven lo que “aparece ante sus ojos” (1 Sam 16:7). Por lo tanto, hablare de hechos concretos que son claramente visibles y cualquiera puede confirmar en forma innegable y por supuesto aportare las pruebas pertinentes de mis afirmaciones.

Lo que tratare requiere que un comité de hermanos preparados se reúna con ustedes para ver y determinar por qué razón ustedes actuaron como lo hicieron ¿Por qué digo esto?

Juan nos recuerda:

Es muy grave no arrepentirse de un pecado y hacer lo posible por corregir el mal causado y como sabemos las buenas intenciones no expían los pecados, estos solo se borran con arrepentimiento sincero.

¿Qué se tratará en esta carta?

Pablo dijo que las “personas maduras distinguen lo correcto de lo incorrecto” (Heb 5:14). Aquí trataremos sobre “cosas incorrectas” relacionadas con el tema de la vacunación y los hermanos que lamentablemente han muerto y enfermado por ella en la pandemia COVID -19. Si no somos capaces de discernir estas cosas y hablar de ellas, según el criterio de la Biblia, no tenemos madurez espiritual. Es requisito del hombre espiritual separar lo correcto de lo incorrecto.

En esta carta, estimados hermanos del Cuerpo Gobernante ,se tratará su responsabilidad individual en todo este asunto al haber promovido la vacunación en la congregación. Es un tema que quizás no sea agradable tratar, pero debe hacerse ya que la historia volverá a repetirse como mostrare más adelante.

Se que lo primero que dirán ustedes es que son neutrales y nunca recomendaron a nadie que se vacune y seguramente afirmaran que solo dieron bondadosas “sugerencias”. También dirán que cada uno es responsable por su salud y que yo estoy imaginando todo esto. Pero esto no es así, hay evidencias comprobables que no pueden dejarse de lado.

Por citar solo un caso entre muchos, en el Informe 10 el hermano Anthony Morris dice en el primer minuto:

https://www.jw.org/es/noticias/region/internacionales/2021-Informe-10-del-Cuerpo-Gobernante

El hermano Morris dice claramente que hay que vacunarse porque eso funciona.

Sin necesidad de ponernos a discutir sobre la supuesta eficacia de la vacuna tenemos que reconocer que la vacunación es UNO de los tantos tratamientos médicos que se podrían utilizar, no el único. Por ejemplo, muchos trataron el COVID-19 con Ivermectina por mencionar solo una alternativa. De hecho, las vacunas que se utilizaron eran experimentales y tenían una aprobación de emergencia.

NEUTRALIDAD implica no tomar partido entre 2 o más opiniones sobre algo. Ser neutral con respecto a los tratamientos médicos relativos al COVID-19 implica no promocionar ninguno y que cada uno elija el que mejor le parezca. Si promocionamos una postura en forma pública sencillamente tomamos indebidamente partido y no somos neutrales. Al elegir hablar favorablemente de la vacunación y utilizar su autoridad en la congregación para inclinar a los demás en esa dirección ustedes tienen responsabilidad en las consecuencias derivadas de esto.

Por supuesto todos nos equivocamos y a veces hablamos de más.

Santiago nos recuerda:

Al enseñar a otros como maestros y con las mejores intenciones al ser imperfectos podemos pecar con la lengua y originar “un incendio” involuntario. Esta es una posibilidad que todo maestro de la verdad bíblica debe reconocer y cuidarse para evitarla.

Pero lo que dijo Morris no fue un simple error de habla apresurada. Todos ustedes han promocionado estos tratamientos de varias formas, vez tras vez, como demostrare en esta carta. Esta fue una horrible y devastadora decisión organizacional, la prueba abunda y es innegable. La promoción de la vacunación sumada a varias ideas preocupantes que se están enseñando en las publicaciones me han hecho escribir esta carta.

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