Hermanos he llegado a un punto en esta carta en que debo detenerme.

Pablo dijo acerca de las batallas que debemos luchar:

Y tambien dijo acerca de la armadura que debemos tener:

Con la “Espada del Espíritu” es decir la Palabra de Dios ningún “razonamiento torcido o falso que se levanta contra el conocimiento de Dios puede quedar en pie”(Efesios 6:17)

He citado la palabra de Dios a lo largo de esta carta y ha quedado fuera de toda duda que la enseñanza que promovieron ustedes y su propia conducta en la pandemia estuvo mal y es contraria a la voluntad divina. Sus actos no pueden sostenerse “en pie” al examinarse con las Escrituras.

Pero al combatir estas ideas torcidas que ustedes enseñaron, como efecto colateral, los he tenido que “golpear” de la peor manera, es decir en forma pública, ya que no había otra alternativa y el asunto era demasiado grave.

Dice el libro de Deuteronomio sobre esto:

Para Jehová hay un límite para “los azotes” por más que sean merecidos y yo estoy cerca de alcanzar los “40 golpes” al decir todo lo que dije, así que no seguiré “golpeando” porque no es mi objetivo “humillarlos”, mi objetivo era derrumbar los “razonamientos torcidos”.

Como dijo Salomón hay un tiempo para todo:

El tiempo de “matar y derribar” ideas falsas termino (Al menos por ahora), ahora es tiempo de “sanar y edificar”

Yo les he dicho que una de las razones por las que mandaba esta carta era para beneficiarlos a ustedes y a todos los hermanos, además de obedecer mi propia conciencia, pero tambien hay otra razón sumamente importante.

La razón es que nuestro amoroso Padre los ama muchísimo, queridos hermanos del Cuerpo Gobernante

¿Creían acaso que yo queria “destruirlos” con esta carta? Si pensaban eso se han equivocado.

Samuel Herd ,Geoffrey  Jackson , Stephen Lett ,Gerrit Lösch, Mark Sanderson ,David  Splane ,Kenneth Cook ,Gage Fleegle ,Jeffrey Winder  y Tony morris que nadie sabe  dónde está, hay un mensaje claro en la Palabra de Jehová y es que los ama mucho más de lo que se pueden imaginar.

Jehová los ama a pesar de que ustedes torcieron las Escrituras y a pesar de que “golpearon” injustamente a sus ovejas.

El los ama a pesar de que dejaron su propia Palabra por las instrucciones de la “Bestia”.

Aunque tengan “culpa de sangre” y tercamente no quieran reconocer su pecado, él los sigue amando.

Jehová nunca los dejo ni los descarto a pesar de que ustedes se alejaron de él.

Vez tras vez él les envió “profetas, sabios y maestros” y ustedes “a algunos mataron a otros ejecutaron en maderos, a otros dieron latigazos y a otros persiguieron” (Mateo 23:34).

Jehová nunca dejo de “enviarles profetas para traerlos de vuelta”, ellos “les daban advertencias, pero ustedes se negaron a escuchar”. (2 crónicas 24:19)

Jehová les advirtió a ustedes “vez tras vez por medio de mensajeros” porque “sentía compasión” pero ustedes “despreciaron sus palabras “(2 crónicas 36:15-16)

Su mala conducta ha causado dolor a nuestro amoroso Padre.

¡Cuántas veces “hirieron sus sentimientos y lo pusieron a prueba, entristeciendo al santo de Israel”! (Salmo 78:40, 41)

Pero él nunca los dejo ni los abandono, él “permaneció fiel siempre porque no puede negarse a sí mismo” (2 Timoteo 2:13)

Él extiende su “diestra de justicia” para que la tomen y se levanten. En la pandemia ustedes tropezaron y cayeron, pero no queremos que permanezcan allí.

Jehová quiere que se levanten otra vez. ¿No les promete él que “con su mano los sostendrá y les dará fuerzas”? (Isaías 41:8-13) ¿No es eso lo que todos queremos?

¡Levántense queridos hermanos!

La gran mayoría de sus hermanos que fueron dañados por ustedes quieren perdonarlos. Anhelamos perdonar y olvidar.

¿No se llena de “gozo el cielo cuando un pecador se arrepiente” de su mal camino? (Lucas 15:7)

Hermanos si ustedes se arrepintieran sinceramente llenarían nuestro corazón de gozo.

¡Cuánta felicidad nos darían ustedes!  Correríamos abrazarlos y “los perdonaríamos liberalmente y con generosidad como hace Jehová con todos nosotros “(Colosenses 3:13)

“Lloraríamos junto con ustedes” de la alegría que nos daría su arrepentimiento (Romanos 12:15)

Queremos perdonar y olvidar, “queremos la paz y unidad del espíritu en el cuerpo” (Efesios 4:3-6)

Nuestro Padre “no quiere que nadie sea destruido y desea que todos alcancen el arrepentimiento”. Ningún hermano, que se guie por el espíritu, anhela que ustedes sean derribados, ningún “hijo amado de Dios” desea eso porque “imita” la misericordia de su Padre siguiendo “el camino del amor” (2 pedro 3:9, Efesios 5:1)

Cuando ustedes levantan las manos para orar “Jehová esconde los ojos con dolor”, él ve “la sangre de sus ovejas” en ellas (Isaías 1:15)

No pueden hacer que desaparezca el pecado, los ojos de Jehová “están sobre lo que han hecho” ¿Acaso creen que “pueden ocultar lo que hicieron” del que todo lo ve?

Pero Jehová les dice a ustedes:

 “Vengan y arreglemos las cosas entre nosotros”,

“Aunque los pecados de ustedes sean como rojo escarlata,

quedarán blancos como la nieve” (Isaías 1:18)

Sus pecados de “rojo intenso serán borrados si solo se arrepienten de corazón” y ejercen fe en el sacrificio de su hijo, confesando y reparando en la medida de lo posible el mal. (1 juan 2:2)

De modo “que arrepiéntanse y den media vuelta para que sus pecados sean borrados, y así el propio Jehová haga venir tiempos de alivio” (Hechos 3:19)

“Humíllense ante la poderosa mano de Dios y el los ensalzara”, más alto de lo que puedan imaginar. (1 Pedro 5:6)

Si se arrepienten esa “ropa manchada de sangre” que tienen puesta será reemplazada por “ropa blanca y brillante” delante del Padre (Apocalipsis 3:5)

Ustedes “serán lavados y limpiados de la culpa en forma completa” y verán la “inmensa misericordia de nuestro Dios que borra cualquier ofensa” de los que humildemente se vuelven del mal. (Salmo 51:1-3)

Todas sus transgresiones que cometieron “no se tendrán en cuenta en contra ustedes” (Ezequiel 33:14-16) ¡Así de misericordioso es el Dios que adoramos!

Recuerden que los que “están en unión con Cristo no son condenados” y estar en unión con Cristo significa “confesar el pecado para que seamos limpiados” (Romanos 8:1,1 Juan 1)

Les suplicamos hermanos: ¡Dejen de negar el pecado y excusarlo, “ejerzan fe para que sean salvados” ¡(Juan 3:16-18)

Piensen por favor en esto, estimados hermanos del Cuerpo Gobernante:

Desde hace miles de años nuestro Dios ha estado observando a “la humanidad con sus radiantes ojos desde el cielo en su magnífico trono” (Salmo 11:4)

Él ha estado mirando “con sus ojos puestos especialmente en los justos”, viendo cómo eran maltratados y golpeados por el mundo del Diablo y escuchando siempre sus oraciones (salmo 34:15)

No importa la época o el lugar, siempre la historia se repitió en todos los “que ejercieron fe”.

“Por medio de la fe derrotaron reinos, hicieron justicia, obtuvieron promesas, cerraron la boca de leones, apagaron la fuerza del fuego, escaparon del filo de la espada, pasaron de estar débiles a ser fuertes, fueron poderosos en la guerra e hicieron huir a ejércitos invasores.”

“Hubo mujeres que recuperaron a sus familiares muertos mediante la resurrección, pero otros hombres fueron torturados porque se negaron a quedar libres por medio de algún rescate, a fin de obtener una resurrección mejor.” 

“Otros sufrieron la prueba de burlas y latigazos, e incluso más que eso, de cadenas y prisiones.” 

“Fueron apedreados, puestos a prueba, aserrados en dos y asesinados a espada, anduvieron de aquí para allá vestidos con pieles de oveja y pieles de cabra, pasando necesidad, sufriendo dificultades y siendo maltratados”

“El mundo no era digno de ellos. Vagaron por desiertos, montañas, cuevas y cavernas de la tierra. “ (Hebreos 11)

La historia siempre se repitió, una y otra vez, en todos los que querían hacer lo correcto y ellos no se rindieron ante el mundo del Diablo.

Hace 2000 años Jehová nos “mandó a su hijo” y nos enseñó muchas cosas que eran un “secreto sagrado” (Juan 3:16-18, Colosenses 4:3,). Jesús nos dio a “conocer al Padre” y nos enseñó cuanto amor nos tenía. (Juan 14:8-12, Lucas 10:22)

Antes de que sea aprehendido les dijo a sus discípulos en la santa cena:

“les digo que no volveré a beber más de este producto de la vid hasta el día en que beba vino nuevo con ustedes en el Reino de mi Padre”. (Mateo 26:29)

Luego fue maltratado y murió para que todos “seamos liberados por rescate mediante su sangre” (Efesios 1:7)

Al tercer día resucito y “durante 40 días estuvo enseñando a sus discípulos cosas acerca del reino”. Luego ascendió al cielo y se sentó a la “diestra de Dios” para observando a los suyos y “estar con ellos hasta el fin” (Hechos 1:3-9, Romanos 8:34, Mateo 28:19)

Pero la observación de él y su Padre nunca fue pasiva o indiferente al sufrimiento de los suyos, cada vez que sus hijos sufrían angustia “le era angustioso tambien a ellos” (Isaías 63:9)

La “congregación es su cuerpo” y cada golpe a sus discípulos es un golpe a él, cada herida es una herida a ellos. (1 Corintios 12:12-27, Mateo 24:31-46). Ellos han estado sufriendo al ver como los suyos eran maltratados ves tras vez, a lo largo de toda la historia.

Es tanto el dolor y la injusticia que, simbólicamente, todos los que han muerto fieles gritan con voz fuerte:

 “Señor Soberano, santo y verdadero, ¿hasta cuándo te vas a contener de juzgar a los que viven en la tierra y de vengar en ellos nuestra sangre? (Apocalipsis 6:10)

Si ¿Cuándo terminara todo esto?

Dios les dice que “descansen un poco más, hasta que se complete el número de sus compañeros esclavos y de sus hermanos que estaban a punto de ser asesinados como ellos lo habían sido” (Apocalipsis 6:11). Todo debe seguir “un poco más” hasta que se complete “el numero” predeterminado.

Nosotros hoy día estamos viviendo en el final de todo esto.

Si miramos atrás tenemos una “gran nube de testigos” que, vez tras vez, han demostrado fidelidad a Dios en las peores circunstancias y nos han antecedido sin fallar. Nuestra herencia se remonta hasta Abel y tenemos en nuestra genealogía a todos los siervos leales de Dios.

Y si miramos adelante vemos la suma de todas las “Bestias”, que cada uno de ellos en su periodo particular de la historia ha enfrentado, a punto de manifestarse.

Esa “Bestia salvaje” recibe su poder “del dragón” para dominar a toda la humanidad y formar su imperio (Apocalipsis 13:1-8)

Es tan turbulento lo que vendrá que en el relato de ella se hace una pausa y se recuerda:

“Si alguien tiene oídos, que oiga.

Si alguien tiene que ser capturado, será capturado. Si alguien mata con la espada, se le matará con la espada. Por eso los santos necesitan tener aguante y fe.” (Apocalipsis 13:9-10)

Se necesitará “verdadera fe y aguante” para enfrentar todo lo que viene.

¡Hermanos, en la pandemia el “cuerno” empezó a sonar!,¿Acaso no lo oyeron ustedes?

Luego seguirá “la flauta, la cítara, el arpa triangular, el instrumento de cuerda y los demás instrumentos musicales” (Daniel 3:4-5). Todos estos instrumentos poco a poco empezaran a interpretar la misma “melodía satánica” que se ha tocado durante milenios.

El “volumen” ira subiendo y “el ritmo”ira acelerándose, hasta que en determinado momento se llegara al punto máximo y “todos caerán de rodillas”.

Se arrodillarán “con gran admiración” ante el “ídolo” con la “Bestia salvaje” mirándolos de forma amenazante con la “boca abierta” y mostrando sus “grandes colmillos”.

El “dragón estará detrás de ella” usándolo como una marioneta para lograr aquello que Dios trunco en la “torre de Babel” (Genesis 11:4-8)

Pero allí enfrente de todos, nosotros, estaremos de pie. No nos inclinaremos ante esas “estatuas y dioses sin vida”, al igual que todos los fieles que nos antecedieron y que han sufrido la misma prueba a lo largo de la historia (Daniel 3:12)

No importa los “60 codos de altura del ídolo”, no importan el “tamaño de los colmillos” de la horrible “Bestia”, no importa la “mirada furiosa” del dragón.

Tampoco importa que “el horno se caliente 7 veces más”, nuestro Dios está “de nuestra parte y no tendremos miedo” (Salmo 118:6-7)

Y al igual que a muchos otros que nos antecedieron nos tomaran y “nos arrojaran al fuego”.

Pero el tipo profético de Sadrac, Mesac y Abednego se cumplirá, Dios nos salvará del fuego y los planes de la malvada “Bestia salvaje” de destruirnos y matarnos a todos (Daniel 3)

Ocurrirá el milagro nunca visto, luego de miles de años de estar observando la historia de la humanidad, Dios se pondrá de pie por medio de su rey nombrado Jesucristo. Este se levantará de su trono y montará su “caballo blanco” con todo el “ejército de los cielos” compuesto de millones de ángeles dispuestos a la batalla y vendrá a la tierra a acabar con el sufrimiento (Revelación 19:11-15)

La “Bestia salvaje con el falso profeta” y los “comandantes militares” de las naciones “guerrearán”, pero perderán la batalla (apocalipsis 19:19). La “Bestia salvaje será atrapada” y “arrojada viva al lago de fuego que arde con azufre” junto con su “falso profeta” por haber promocionado “la marca” y haber engañado a la humanidad. (Apocalipsis 19:20). Todos los apoyadores de la “Bestia salvaje” serán eliminados por la “espada larga” de Jesucristo la cual alcanzara todo lugar de la tierra y nadie escapara de ella (Apocalipsis 19:21)

El “dragón será encadenado” y arrojado a un abismo por 1000 años para que no moleste a la humanidad (Apocalipsis 20:1-3)

La “piedra del Reino” hará añicos la “imagen” de la gobernación humana y se transformará en una “montaña que llene toda la tierra”,

“El Dios del cielo establecerá un reino que nunca será destruido ni pasará a manos de ningún otro pueblo. Este reino hará añicos y pondrá fin a todos los reinos, y será el único que permanecerá para siempre,”  (Daniel 2)

Y todos los que nos hicieron sufrir recibirán su justa retribución, “el pagara con tribulación a los que causaron tribulación, pero con alivio a los que sufrieron tribulación mostrando ser dignos del reino” (2 tesalonicenses 1:5-12)

Los “cielos y la tierra desaparecerán” y serán remplazados por los “nuevos cielos y nueva tierra “que hemos esperado durante toda la historia y en ellos “reinara la justicia” (2 pedro 3:13, Apocalipsis 21:1)

Todas las cosas “serán hechas nuevas” porque “la tienda de Dios estará con la humanidad “(Apocalipsis 21:3-5)

Por fin llegara el momento para que los muertos “oigan la voz de Jesucristo” y se levanten a la vida (Juan 5:28-29)

Veremos aparecer a todos aquellos que murieron fieles ante nuestros propios ojos. Los veremos venir sanos, completos y con una gran sonrisa. Volveremos a verlos reír, correr y escucharemos su voz. Correremos a abrazarlos y no podremos soltarlos.

Y Mientras los abrazamos fuertemente lloraremos como nunca lo hemos hecho en toda nuestra vida.  Pero no será un llanto de “tristeza o dolor” porque estos habrán desaparecido para siempre (apocalipsis 21:4). Ese llanto será para limpiarnos y arrastrara de forma imparable todo el dolor, angustia y ansiedad que el mundo oscuro del Diablo nos hizo sufrir. (2 Corintios 4:4)

¡Esas lagrimas se llevarán todo lo malo y quedaremos completamente en paz y tranquilidad!

¡La “noche por fin habrá terminado” y habrá llegado el “radiante día”! (Romanos 12:12)

¡El “sol de justicia” habrá salido en el horizonte, “sus rayos nos sanaran y saltaremos de alegría”! (Malaquías 4:2)

Todos serán resucitados desde el más pequeño al más grande “no se perderá ni un cabello de ellos” (Lucas 21:18)

Y cuando todos estemos juntos Jesucristo cumplirá la promesa hecha a sus discípulos y “levantará la copa con todos reunidos a su alrededor de la mesa” junto “Abrahán Isaac y Jacob en el reino” (Mateo 8:11, Marcos 14:25)

Todos haremos lo mismo y al mirarnos con la copa en alto comprenderemos completamente que valió la pena “correr la carrera” , triunfamos en “nuestra lucha con el mundo” y alcanzamos “la corona que no se marchita” de la victoria ,el  honor y la gloria (1 corintios 9:25-26)

Estimados hermanos del Cuerpo Gobernante: ¿Estarán ustedes entre los que levanten la copa ese día?

Si ese día están allí y yo tambien estoy allí, busquen por favor entre los rostros que los rodean uno que los estará mirando con una gran sonrisa de satisfacción. Ese rostro será el mío, queridos hermanos, porque deseo de todo corazón que ustedes se salven y me daría una inmensa alegría poder abrazarlos allí.

Ustedes tienen una esperanza maravillosa hermanos. ¿Van a perderla por seguir tercamente negando el pecado? ¿Ustedes van a perderse el Reino por ser tercos y no reconocer lo que hicieron?

¡Levántense, queridos hermanos, y vuelvan “a la carrera para seguir corriéndola, pero sin pecado “(hebreos 12:1)

Griten ustedes como los ciegos que suplicaron a Jesús, “Señor, ¡que se abran nuestros ojos!”(Mateo 20:33)

La mano de nuestro Dios está extendida hacia ustedes. Él no los abandono ni los descarto todavía, a pesar del desastre que han hecho.

“Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes, ¡límpiense las manos, purifiquen su corazón!”

(Santiago 4:8)

Ustedes son demasiado “valiosos” ,no por ser parte de un Cuerpo Gobernante sino porque son sus ovejas (Lucas 12:6-7)

“¡Escuchen la voz de alguien grita en el desierto!:

¡Despejen el camino de Jehová! Hagan para nuestro Dios un camino recto por el desierto. Que todo valle sea levantado y que toda montaña y colina sea rebajada. Se tiene que allanar el terreno accidentado y convertir en llanura el terreno irregular.” (Isaías 40:3-4) 

No digan que no sabían nada, dígannos la verdad, Jehová es el “Dios de la verdad” y exige que lo “adoremos con verdad” (Salmo 31:5, Juan 4:24). Nosotros no somos hijos del “padre de la mentira”. (Juan 8.44)

“¡Examinen y analicen su conducta, y vuelvan a Jehová!” (Lam 3:40)

¡Escuchen lo que les dice Jehová mediante Joel!

“Vístanse de tela de saco y estén de duelo, sacerdotes.” “¡Laméntense, siervos del altar!” “Vengan y pasen la noche vestidos de tela de saco, siervos de mi Dios. “Ordenen un ayuno; convoquen una asamblea solemne. Reúnan a los ancianos junto con todos los habitantes del país en la casa de Jehová su Dios, y clamen a Jehová por ayuda. “(Joe 1:13,14)

 “¡Toquen el cuerno en Sion! Den un grito de guerra en mi santa montaña. Que tiemblen todos los habitantes del país. ¡Viene el día de Jehová! ¡Está cerca!” (Joel 2:1)

“Pero aún no es tarde —afirma Jehová—, vuelvan a mí con todo su corazón, ayunando, llorando y lamentándose.  Rasguen su corazón y no solo su ropa, y vuelvan a Jehová su Dios, porque él es compasivo y misericordioso, es paciente y está lleno de amor leal, y él reconsiderará su decisión de mandar una calamidad.  ¿Quién sabe? Tal vez cambie de opinión, reconsidere su decisión” (Joel 2:12-14)

¡Debe haber arrepentimiento publico! 

“¡Toquen el cuerno en Sion!” “Ordenen un ayuno; convoquen una asamblea solemne.”

¡Todos los involucrados deben pedir perdón ¡

“Reúnan al pueblo; santifiquen a la congregación.” Junten a los hombres mayores. Reúnan a los pequeños y a los niños de pecho. Que el novio salga de su cuarto interior, y la novia, de su cámara nupcial.  Entre el pórtico y el altar, que lloren los sacerdotes, los siervos de Jehová, y digan: ‘Ten compasión de tu pueblo, oh, Jehová.” (Joel 2:15-17)

Recuerden que “el hacha ya está junto a la raíz de los árboles. Así que todo árbol que no dé buen fruto será cortado y echado al fuego”. (Lucas 3:9)

“Sean perspicaces; acepten la corrección, jueces de la tierra. Sirvan a Jehová con temor y alégrense con temblor.”

“Honren al hijo” ¡Él es nuestro gobernante no ustedes! ”si no, Dios se indignará

y ustedes morirán en el camino, porque su furia se enciende rápidamente.

¡Felices todos los que se refugian en él!” (Salmo 2:10-12)

“Doblen sus rodillas ante el rey y reconozcan su pecado” si lo hacen “él es fiel y justo para perdonarlos y limpiarlos de toda injusticia” (Filipenses 2:9-11)

Griten tan fuerte y en frente de todos como el recaudador de impuestos que suplicaba:

“¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!” (Lucas 18:13)

Reconozcan como David, públicamente, cuando su torpeza mato 70000 israelitas

“He pecado muchísimo haciendo esto. Ahora, por favor, perdona el error de tu siervo, porque me he portado como un estúpido”. (1 Crónicas 21:8)

 “¿No fui yo el que dijo que se contara al pueblo? Soy yo el que ha pecado, soy yo el que cometió el error.

 Oh, Jehová mi Dios, por favor, haz que tu mano me castigue a mí y a la casa de mi padre; pero no traigas este azote contra tu pueblo”. (1 Crónicas 21:17)

 Confíen en el que dijo:

“Si mi pueblo —que lleva mi nombre— se humilla y ora y busca mi rostro y deja sus malos caminos, entonces yo los escucharé desde los cielos y les perdonaré su pecado y sanaré su tierra.” (2Cr 7:14)

Queridos hermanos del Cuerpo Gobernante recuerden que “al que esconde sus pecados no le irá bien, pero al que los confiesa y los abandona se le mostrará misericordia. “(Pro 28:13)

Produzcan “fruto de arrepentimiento” sabiendo que “Jehová su Dios es compasivo y misericordioso, y no les dará la espalda a ustedes si vuelven a él” (2 Crónicas 30:9, Mateo 3:8)

Escuchen a Juan suplicándoles:

 “Arrepiéntanse, porque el Reino de los cielos se ha acercado”.(Mateo 3:2)

Todos sus pecados durante la pandemia “serán borrados si se arrepienten y dan media vuelta sinceramente hacia Jehová “Hechos 3:19” 

No pidan que venga el día de Jehová hermanos, si no se han arrepentido todavía.

 “Ay   de los que dicen: “Que él se dé prisa en hacer su obra; que esta venga rápido para que la veamos; ¡que se cumpla el propósito del Santo de Israel para que lo conozcamos”! (Isa 5:19)

Caigan de rodillas ante Jehová, “él no es lento para cumplir su promesa como algunas personas creen. Más bien, él es paciente con ustedes porque no desea que ninguno sea destruido, sino que todos lleguen a arrepentirse.” (2Pe 3:9)

A nuestro Dios Jehová” ‘No le causa ningún placer la muerte de nadie” “¡Regresen a él y vivan”! (Ezequiel 18:32) 

El sacrificio que Dios quiere de ustedes “es un espíritu quebrantado” por los pecados cometidos, Jehová “no rechazara ni despreciara el corazón quebrantado y arrepentido.” (Salmo 51:17)

Recuerden que el tiempo se termina

Busquen a Jehová mientras se le pueda encontrar. Llámenlo mientras esté cerca. (Isaias 55:6)

Hay un mensaje muy claro en las Escrituras para ustedes

” Diles: ‘Esto es lo que dice Jehová de los ejércitos: “‘Vuelvan a mí —afirma Jehová de los ejércitos—, y yo volveré a ustedes’, dice Jehová de los ejércitos”’(Zacarias 1:3  )

¿Se arrepentirán ustedes de sus pecados y volverán a la “carrera” o seguirán ocultándolos?

¿Van a seguir negando lo que hicieron poniendo en riesgo su futuro eterno?

Recuerden siempre que la humillación publica no busca hacerles daño, sino busca salvarles la vida.

Seguiré orando por ustedes, queridos hermanos del Cuerpo Gobernante, para que comprendan todo esto y puedan arrepentirse de sus terribles pecados.

Yo no deseo su mal y al igual que muchos hermanos deseo que Jehová y Jesucristo los perdonen y les tengan compasión.

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